martes, 6 de marzo de 2012

Análisis Etico, Libro El Olivo y la Espada.


EL OLIVO Y LA ESPADA
ANALISIS ETICO

POR: WILDER BURGOS LEÓN
CODIGO. 6001021809
ÉTICA GENERAL GRUPO 45


Luego de leer el libro El Olivo y la Espada del autor Colombiano José Manuel Crespo, permite  que el lector realice varias reflexiones, algunas desde el ámbito de nuestra propia historia, de nuestra moral social, de la ausencia de valores y sobre todo del desapego actual del pueblo Colombiano frente a Dios.

Es verdad que quien no conoce su historia está condenado a repetirla por eso para poder entender las penurias en que ha vivido Colombia resulta necesario e ineludible, escudriñar en la literatura que la misma sociedad a regañadientes ah permitido que se guarde en la memoria colectiva de la sociedad colombiana a través de las recopilaciones que muchos autores han hecho para que las nuevas generaciones conozcan porque los colombianos vivimos de determinada manera hoy en día.


Alguna vez escuchaba a manera de humor negro que Colombia era el país más rico del mundo, argumentando dicha afirmación con el hecho de que a Colombia la han venido robando hacia mucho más de doscientos años y aun tiene tanta riqueza que en nuestro días la siguen robando y sigue quedando fuentes de riqueza para muchos mas avivatos, no en vano en nuestros días se han destapado los escándalos más publicitados de corrupción en el país y ni siquiera por eso los colombianos se resignan a pensar que un mejor país, una Colombia pluralista, democrática y participativa pueda ser posible, quizás algún días cuando ya no seamos nosotros los testigos de esa transformación social, esa utopía patriótica sea una realidad, la verdad yo soy escéptico frente a ello.

Una sociedad llena de tantos vicios, entendido vicio como aquel habito que no produce bien sino por el contrario produce mal y no permite que el hombre se desarrolle como persona, como elemento esencial dentro de la sociedad, resulta inevitable la lucha de unos contra otros, de los más fuertes en virtud de su poder económico o posición social, propiciando cada vez más la segregación social en donde las oportunidades que debieran ser para todos, terminan siendo aprovechadas por un grupo minoritario, es mismo que de manera irónica gobierna nuestro estado a partir de esa legitimidad que el mismo pueblo, o ciudadanía le ha entregado supuestamente para que lo represente y lo defienda.
 
     Pero es el mismo hombre en dueño de su desgracia, ese mismo hombre que en su afán de poder, de atesorar riquezas que se torna insensible, inhumano si es permitido usas el termino inhumano, cuando desconoce a su prójimo, a su propio vecino, a su amigos y termina por engrandecerse  a costa de lo que sea, para el  se hace efectiva ese postulado marxista de llegar al fin deseado sin importar los medios.

     Nuestra sociedad está frente a un despeñadero, que cada día se vuelve crónico, el atiborrarse de elementos malsanos que como dice el autor: “cada suceso, cada crisis, cada acontecimiento en un indicio, un signo, casi diría un clave, que avanza en el sentido de la revelación definitiva”, significando con ello que con cada nuevo episodio escandaloso, cruel, triste, preocupante para la sociedad, donde el factor predominante es el abandono e irrespeto hacia Dios, que por extensión permite que la copa se vaya llenando, no sabemos cual podrá ser el desenlace que pueda llegar a tener cuando esta sociedad rebelde se manifieste, se canse de tanta injusticia social y a través de las vías de hecho explote frente al régimen sin piedad del que hoy somos víctimas.

 
      Se hace necesario retomar el rumbo que perdimos hace más de medio siglo, necesitamos recuperar nuestra dignidad, necesitamos la solidaridad de pueblo colombiano, necesitamos activar y defender los valores que hemos perdido, se hace imperioso un ejército guerrero que no le ponga cronograma a la Colombia grande y soberana llena de esperanza como único ideal de nuestra patria.

     Hay que resurgir de las cenizas en que estamos  así como lo hace el ave fénix, conducir nuestros destinos por el camino del bien, que recuperemos la conciencia perdida y no sigamos sometidos a lo que nos tiene acostumbrados nuestra propia sociedad, sin moral, sin principios, sin valores, donde se ha cambiado la cultura de la vida por la cultura de la muerte, donde el todo vale, se hace necesario que cada uno de nosotros podamos ser libres y ordenados como dice el lema de nuestro escudo nacional, que las tensiones oscilantes entre la guerra y la paz se resuelvan favorablemente a favor de esta ultima-, nada es imposible cuando se construye con bases honestas, leales y responsables, por eso aunque soñar no cuesta nada, tampoco es menos cierto que no podamos aspirar a vivir en un país decente, tranquilo en donde lo que nos parece inalcanzable se pueda alcanzar, creo que todo es posible cuando en primer lugar depositamos la confianza en el ser que todo lo puede: Dios y si a ello le adicionamos, nuestra tenacidad, nuestro empuje, perseverancia y compromiso social, seguramente estaremos dando los primeros pasos para reconstruir nuestro agobiado y doliente país, nuestra hermosa COLOMBIA.


     VIRTUDES:

 
LA JUSTICIA

El autor cita literalmente a Henri de Lubac así: “No es verdad que el hombre, aunque parezca decirlo alguna vez, no pueda  organizar la tierra sin Dios”. Lo que es cierto es que sin Dios no puede…”.

Podemos entonces asegurar que el hombre necesita de la presencia de Dios, sobre todo lo invoca cuando en la tierra la JUSTICIA de los hombres no es satisfactoria para él.


     CORRIENTE ETICA:


Considero en mi humilde criterio y comprensión del texto analizado, que en el lenguaje del libro en su mayoría permite inferir que referencia ideas del MARXISMO, como quiera que la lucha constante que el pueblo colombiano ha dado por no quedar excluida de la participación a la que tiene derecho, en algunos casos para lograr sus propósitos no escatima los medios para alcanzar su propósitos, aunque para quien incurre en esas vías, lo importante es poder alcanzar sus cometidos a como dé lugar.

Además las luchas idealistas de la izquierda democrática en Colombia, propenden por una sociedad igualitaria, que en mi pensar, no es posible al menos en el mediano plazo dada las actuales circunstancias económicas y sociopolíticas.

Finalmente es pertinente recordar que en algunos pasajes en igual forma el autor deja ver ideas de la Ética Kantiana o del Deber, que como se ha estudiando en este curso de Ética General está relacionada con hacer el bien o el mal, entendida dentro del contexto del libro como elementos propios con los que la sociedad Colombiana convive a diario y que en repetidas oportunidades se convierten en un dilema cuando se trata de tomar decisiones.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.